domingo, 13 de marzo de 2011

THE JOY FORMIDABLE - THE BIG ROAR


El trío formado en Gales del Norte echa a volar con su álbum debut The Big Roar [Atlantic Records.2011]. Sentimientos exprimidos del pop británico de la década pasada, riffs desestructurados y el protagonismo de una de las voces femeninas llamadas a convertirse en el estandarte del panorama indie bretón en los próximos años son el santo y seña del nuevo trabajo de The Joy Formidable. Sus brillantes actuaciones en el Festival de Glanstonbury 2010 y Reading and Leeds Festival del año pasado son la tarjeta de presentación perfecta para el conjunto liderado por Ritzy Brian.

Ya venían avisando con su mini-LP A Ballon Called Moaning [Black Bell Records.2009], acogido gratamente por Pitchfork y NME. En este primer corto ya se incorporaban Whirring, Austere y Cradle, los tres temas más célebres de la formación que, como no podía ser de otra manera, están compilados en The Big Roar. No obstante, decir que son los pistas más reconocidas de la banda no significa que sean las mejor elaboradas.

El latoso cacareo que se reproduce continuamente en Austere puede producir a todo aquel que lo escuche más de tres veces consecutivas un empacho auditivo sin precedentes. Menos mal que la aportación de Rhydian Dafydd a las seis cuerdas en los altibajos melódicos hacen más perceptible el track. Por su parte, Cradle y Whirring tienen los mismo ingredientes que componen la pocima que caracteriza a The Joy Formidable: una buena asimilación del pop americano de la coste este de mediados de los 2000, unas guitarras bien afinadas con acento británico, unos coros ininterrumpidos que acompañen la canción de principio a fin y ...voilá, éxito al canto.



The Joy Formidable-Whirring by Check The Availability

La leve pero patente influencia que tienen algunos de los cortes que recoge el disco con el electro-pop de los Passion Pit de Manners [FrenchKiss.2010] se pone de manifiesto en melodías como I Don't Want To See You Like This o Maruyama, donde los acordes poperos tornan lejos de los límites de la música popular convencional, a menudo lo-fi. Mientras tanto, la cara opuesta de la moneda cae del lado de pistas como The Magnifying Glass o Chapter 2, definidas por los ritmos repetitivos del bajo y la guitarra que se acercan sin timidez hacia los parámetros más propios del rock británico de la última década, ya que es bastante pretencioso sostener, como apuntan algunos medios, su 'gran similitud' con Arcade Fire.

The Joy Formidable no propone nuevos aspectos en The Big Roar a la hora de componer lírica e instrumentalmente los audios, se limitan a seguir las profundas huellas dejadas por sus predecesores . Esto lleva a pensar a que la base de su éxito en las islas se debe a la grata relación que mantienen los galeses con el único gran sello estadounidense que parece estar haciendo medianamente bien las cosas estos dos últimos años: Atlantic Records.

Sin embargo no sería justo quitar mérito a la carismática voz de Ritzy, buque insignia de la banda, o la capacidad técnica de los miembros en general. Gran trabajo, pero si siguen por esa senda tendrán una pésima proyección en el futuro, por mucho 6'8 que coloque Pitchfork al álbum.

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