domingo, 31 de marzo de 2013

CRÓNICA. Nobunny + Bad Sports @Siroco

Nobunny + Bad Sports
Viernes 29 de marzo de 2013
Sala Siroco (Madrid)
Precio: 11 € / 14 €




El pasado viernes poco tuvo de santo el directo que Nobunny y Bad Sports regalaron a los impíos congregados en la madrileña sala Siroco. Con la capital transformada en un páramo deshabitado gracias a la huida en masa de muchos lugareños, Holy Cuervo se quedaron de rodríguez para supervisar de primera mano los indomesticables noventa minutos que ambos conjuntos estadounidenses ofrecieron sobre la tarima.

Si alguno de los presentes se sentía algo afligido por la panzada a torrijas de los días previos, Bad Sports les brindó la ocasión de perder el medio kilo de más acumulado sudando con la presentación de su último LP Kings Of The Weekend. Hostiazos en la cara como ‘Off Switch’, 'Sweet,Sweet Mandi’ o ‘Get My Head’ precalentaron un ambiente en el que el público se mostró bastante dispuesto. Orville  Neeley y su comitiva perdieron la virginidad en Madrid con un recital de power pop conforme a lo requerido.

Tras un breve interludio para ‘recargar birras’, Nobunny y los suyos se subieron al escenario para ratificar su estatus de beodos del garage-punk made in Goner Records. Aquellos que pudieron disfrutar de su puesta en escena en la sala Sol en 2010 o en el Funtastic levantino del mismo año, posiblemente cayeron en la cuenta que Justin Champlin está más colgado que las tetas de una gitana.

Cuantos más shows sacraliza más evidencia que el papel que representa sobre las tablas poco tiene que ver con la interpretación. Su fachada de “barrigón” melenudo con los calzoncillos agujereados a la altura de los huevos ya invita al descojone general. Un completo y absoluto showman. Pero un showman que debe  aprender a comportarse como tal.


A mitad de su actuación, el vocalista se enzarzó de lleno con un espectador. Tras un intercambio de cortes de manga e insultos entre ambos, Champlin se calentó, aprovechó su rol protagónico y decidió dejar de actuar si los miembros de seguridad no expulsaban al individuo del recinto. El artista se llevó el gato al agua tras la comprensible bajada de pantalones del responsable de la sala. Algo decepcionante la actitud de Champlin. No se puede ir de GG Allin por la vida si luego eres incapaz de lidiar con un espectador exaltado. En cualquier caso, tras el "coito interruptus" el respetable se "apagó" notablemente.

Dejando en la cuneta el incidente, Nobunny se acordó de Give Up To Me (2009.Hozac) -con su correspondiente cara B- y abrió las tripas a First Blood (2010. Goner Records) y Raw Romance (2011. Burger Records) para poner la impronta a su siempre cómica actuación. El pábulo dominante al finalizar el concierto se tornó, como cabía esperar,  bastante satisfecho.


Fotos: Felipe Hernández Durán
Texto: Miguel Sánchez Aparicio

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