Madrid - Viernes 26-11-2010
Segunda noche para Rubik en Madrid, tras causar una magnífica impresión en el Nasti, se pusieron a prueba en una sala más grande y con mejor sonido. El Neu! Club (la sala Galileo de toda la vida) se fue llenando poco a poco para ver a los finlandeses.
Agradecidos en todo momento jugaron perfectamente sus bazas de la variedad de instrumentos que combinan y los arreglos vocales en los que participan cada uno de sus seis integrantes. Con Dada Bandits han alcanzado una madurez y calidad en sus composiciones digna de tenerlos más en cuenta en un futuro. El público así lo vio y encadenaron ovación tras ovación durante los cincuenta minutos de su actuación.
Estuvieron muy por encima de lo que muchos esperábamos y se les puede considerar como uno de los triunfadores de la primera mitad del festival.
Sin casi tiempo para llenar el estómago, nos cruzamos Madrid hasta O’Donnell, Wild Nothing se estrenaba en Madrid con su primer LP Gemini y por el aspecto de la sala se les esperaba con ganas.
Sin embargo, y desafortunadamente, no brillaron como se preveía. De acuerdo que el sonido de la Rock Kitchen en momentos no acompañó, pero los de Virginia no supieron conectar con el público y se mostraron demasiado monótonos y lineales durante toda su actuación. Jack Tatum careció del carisma necesario para enganchar a la gente mí siquiera con sus temas más destacados como Goldez Haze, Chinatown o Summer Holiday.
Su corta edad hace que esta pequeña decepción sea perdonada, esperemos que sigan el camino correcto y cumplan sus expectativas como una de las bandas norteamericanas más prometedoras de la escena.
Para cerrar la noche, esperábamos poder ver a Holy Fuck, pero el cansancio, el frío y la cola que había en el Círculo de Bellas Artes se aliaron en nuestra contra, otra vez será.
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