Noticias frescas. Hace apenas unas horas se desvelaba el que ya es oficialmente el disco británico del año. Al menos para los miembros del jurado del respetado Mercury Prize. La decisión ha debido ser complicada en esta ocasión, no por la valía de Let England shake, sino porque han sentado un precedente. La Polly Jean Harvey se convierte en la única artista en conseguir el galardón por segunda vez.
En su discurso de agradecimiento, la intérprete ha asegurado estar muy emocionada. Fue muy importante para mí, quería hacer algo con significado no solo para mí, sino también para los demás, con la intención de crear algo que perdure en el tiempo, comentó durante la gala celebrada en Londres esta tarde. Y es para estar bastante agradecida. Aparte del empujón comercial que tal distintivo suele traer a los ganadores, viene dotado con 20.000 libras en metálico, que ponen de buen humor.
Polly Jean, que partía como cabeza de lista en todos los portales de apuestas, acabó imponiéndose a novatos con posibilidades como Anna Calvi o James Blake, que también sonaban con fuerza. Confirma así que se encuentra en su momento de mayor inspiración creativa. Aunque atendiendo a los galardones que lleva acumulados desde que comenzase en esto de la música en el '92, parece no haber bajado la guardia en dos décadas.
El premio de esta noche fue especialmente emotivo para ella. Se cumplían diez años desde que Stories from the city, Stories from the sea la hiciera vencedora del Mercury por primera vez. La artista recordaba esta noche cómo recibió la noticia. Se encontraba en Washington, viendo arder el Pentágono desde el hotel. Una razón más para celebrarlo.
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